Las primeras referencias documentales
A nivel documental, los orígenes del whisky, entre Irlanda y Escocia, se esclarecen. El registro más antiguo del que se tiene constancia sobre el whisky se encuentra en los Annals of Clonmacnoise, y está datado en Irlanda en 1405. En ellos, se describe como el jefe de un clan murió después de «tomar un exceso de aqua vitae» en Navidad.
En Escocia, la primera mención al whisky escocés se sitúa en unas décadas posteriores. Según cita Marshall Robb en su obra Scotch Whisky: «La referencia más antigua al whisky aparece en los Rollos del Tesoro escocés de 1494, donde se anotan “ocho bolas de malta para el fraile John Cor con las que hacer aqua vitae”».
A mediados del siglo XVI, el whisky ya era una de las bebidas más consumidas y extendidas en los reinos bretones. En 1556 se promulgó una ley que reflejaba que su elaboración solo la podían realizar caballeros, gentleman y hombres libres. Sin embargo, la destilación se realizaba de manera artesanal en numerosas casas y tabernas.
En 1608, el rey James VI de Escocia y I de Inglaterra otorga la primera licencia de la historia para la destilación de whisky a Sir Thomas Phillips. Una licencia otorgada en la población de Bushmills, en el condado de Antrim, en Irlanda del Norte. «Heredera» de aquella licencia se halla la Bushmills Old Distillery Company, fundada en 1784. Ya que en la etiqueta de la marca aparece el 1608, con lo que se considera una de las primeras destilerías del mundo, hoy aún en actividad.
¿Whisky o whiskey?
En realidad, son lo mismo. La diferencia se encuentra en su ámbito geográfico y tiene una razón histórica. Sobre 1870, el whisky escocés era de muy mala calidad. Los productores irlandeses, para marcar diferencia en la exportación a América, decidieron incluir una ‘e’ en la palabra. Por esa razón, mientras que en Irlanda y en Estados Unidos se le suele denominar whiskey, en Escocia, Gales o Canadá se continuó con la grafía tradicional.
Más allá de las denominaciones, el whisky irlandés tiene, por lo general, un acabado más suave y delicado, debido a su triple destilación. En cambio, el whisky escocés tiene unos matices más ahumados y terrosos. Esto se debe a que el secado de la cebada malteada se realiza mediante humo de turba.